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viernes, 18 de octubre de 2013

Cómo cuidar gatos bebés

Hay ocasiones en que los gatitos mueren por una mala gestión de la alimentación o cuidados que les facilitamos; por eso os damos unos cuantos consejos relacionados con estos quehaceres. Deseamos que os ayuden a que vuestros gatitos salgan adelante sin contratiempos.

1-. Utilice un biberón pequeño especial para gatitos -o en su defecto para bebés pequeños- para darles la leche.
2-. Utilice fórmulas de comida especialmente preparadas para alimentar a gatos pequeños. Evite usar leche común.
3-. Mida la cantidad apropiada de leche que le dará al gatito por día: un gato de una semana de vida necesita 13 ml de leche por 100 gr. de peso corporal, uno de 2 semanas de vida necesita 17 ml de leche por 100 gr. de peso, uno de 3 semanas de vida necesita 20 ml de leche por 100 gr. de peso y uno de 4 semanas de vida necesita 22 ml de leche por cada 100 gr. de peso.
4-. Divida esas dosis por 4 y alimente al gato cuatro veces al día.
5-. Caliente la leche.
6-. Invierta el biberón y deje que la leche salga lentamente hacia fuera antes de ponerla en la boca del gato.
7-. Evite alimentar al gato mientras esté de espaldas.
8-. Compruebe que el abdomen del gato no esté demasiado distendido después de alimentarlo. Los gatos deben ganar de 50 a 100 gramos por semana.
9-. Cuando ya tenga más de 3 semanas de vida, anime al gato a que coma alimentos sólidos.
10-. Los gatos generalmente sólo comen y duermen durante las primeras semanas de vida. Si lloran excesivamente, puede ser que tengan frío, hambre, o ambas cosas.
11-. Los gatitos dejados huérfanos necesitan ser estimulados a defecar. Empape un poco de algodón en agua caliente y frótelo muy suavemente en el área anal del animal. Los trapos con alcohol ayudan a reducir también infecciones comunes en estos gatos.
12-. Nunca exprima el biberón para que salga leche mientras esté todavía en la boca del animal. Esto podría causarle una neumonía por aspiración e incluso la muerte.
13-. Si usted recoge un gato salvaje de la calle como animal doméstico, cerciórese de mantenerlo en una jaula alrededor de 1 semana hasta que se domestique.
14-. Para que estén cómodos, bríndeles una cama caliente y una luz tenue encendida continuamente.
15-. Para comenzar a introducir comida sólida en los gatitos es recomendable ablandar el alimento en agua durante las primeras semanas y luego ir quitándole gradualmente la misma.
16-. Los gatitos suelen lastimarse entre ellos, lo mejor es mantenerlos separados. Puede ser con divisiones en una caja grande -así no pueden escapar- o separarlos en diferentes cajas de cartón hasta que sean lo suficientemente grandes.
17-. Los gatitos necesitan comida, aumentar de peso y mucho calor. Para darle calor se puede poner una toalla dentro de la caja donde duermen. En 4 semanas ya no es tan necesario.
18-. El gatito puede llegar a morder el biberón al ofrecerle comida, no deje que lo haga. No le dé a cada momento, solo estimule al gato a defecar 30 minutos antes y después de cada alimentación.
19-. No agujeree mucho la boquilla del biberón, sino la leche fluirá demasiado rápido y ahogará al animal.
20-. Asegúrese de que la leche que le proporciona sea para animales carnívoros y no herbívoros. Puede recurrir al veterinario.
21-. Usted puede dormir bien si sus gatos están bien alimentados, calientes y confortables. Para eso es bueno utilizar una caja de cartón grande con bolsa de agua caliente con toallas, tener siempre una radio encendida para que escuchen música baja, y alimentarlo momentos antes de irse a dormir.
22-. Para agarrar a los gatos es bueno hacerlo de la piel de la parte de la espalda, siempre suavemente. Para alimentarlos, las patas deben estar hacia arriba (sino los está sosteniendo incorrectamente) . Esto los pone tranquilos y casi dormidos.


Cuidado de gatitos huérfanos

Es preciso satisfacer las necesidades fisiológicas que normalmente brinda la madre: humedad, nutrición, inmunidad, aseo, seguridad y estimulación social. Esta tarea puede estar a cargo de una gata nodriza o de una persona.

La importancia de la temperatura.

Los recién nacidos deben permanecer en todo momento en un ambiente cálido, sin corrientes de aire y sin cambios bruscos de temperatura. Las incubadoras son ideales, pero pueden remplazarse por cestas o cajas de cartón con una base acolchada, absorbente y abrigada. Puede utilizarse para este objeto restos de colchas, chalecos o toallas y una bolsa con agua tibia (bien envuelto y cerrado) para mantener una temperatura constante. Sobre este aspecto debemos recordar cambiar el agua tibia de la bolsa periódicamente.
Los recién nacidos, durante las primeras 4 primeras semanas de vida no regulan la temperatura. Suelen acurrucarse junto a la madre, lo que crea un microclima óptimo que los protege de los cambios ambientales y disminuye la perdida de calor. Los huérfanos no cuentan con esta ventaja, por lo tanto son más sensibles al entorno y susceptibles de contraer enfermedades. Sin la madre, el recién nacido puede experimentar hipotermia (bajada de temperatura), que lleva a insuficiencia circulatoria y a la muerte. Debe suministrarse entonces calor artificial para mantener una temperatura constante. Si hace frío, es necesario contar con una estufa para calentar la habitación donde se encuentren los pequeños, pero no la acerque mucho ni la ponga a máxima potencia porque podría causar acaloramiento, que provocaría deshidratación.

Necesidad de contacto.

Las crías huérfanas a menudo satisfacen sus necesidades de contacto y cercanía con la madre, mamándose entre ellos. Para prevenir lesiones en la piel, y si esta actitud es muy marcada, es aconsejable separarlos, aun cuando de este modo se disminuye la temperatura y humedad de su entorno y la estimulación social mutua. Esa última necesidad puede suplirse manipulando en forma breve pero regular a los animalitos (acariciándolos suavemente). Si el gatito no recibe estimulación social se tornará agresivo, tímido, huraño y no desarrollará su sentido de exploración. Debemos considerar que el contacto con sus hermanos puede compensar la ausencia de la madre. Por lo tanto, es preciso determinar si los beneficios de la separación justifican los posibles trastornos conductuales.
Los gatitos adquieren inmunidad pasiva a través del calostro (la primera leche de la gata) y a través de la leche materna. Si es posible, los recién nacidos deben recibir calostro o leche en las primeras 12 a 16 horas de vida. En los huérfanos el peligro de infecciones aumenta, de modo que la higiene es fundamental. No deben exponerse a animales adultos (perros u otros gatos) ni agruparse con otras crías. Todos los utensilios utilizados en el aseo y alimentación de los gatitos deben mantenerse muy limpios, pero sin utilizar productos muy fuertes para la desinfección. Quienes cuidan a los pequeños deben lavarse bien las manos antes de manipularlos.
La micción y la defecación voluntaria solo se logran a partir de
 las 3 semanas. Hasta ese momento dependen de la madre quien activa el reflejo correspondiente. Los cuidadores deben estimular a los gatitos, después de alimentarlos, frotando con suavidad la región anal con un algodón o un paño humedecido. Si esto no se realiza los gatitos no defecarán ni orinarán en forma autónoma, pudiendo enfermar gravemente.
Antes de tomar la decisión de separar a la madre de las crias, un Veterinario deberá determinar las causas del abandono y si es posible reintegrar a los gatitos junto a la gata. El abandono puede deberse a malformaciones de los gatitos, hipotermia (frio excesivo), mala alimentación de la gata, stress, deshidratación, madres primerizas, etc. Sólo el Veterinario está capacitado para determinar que acción hay que seguir en cada caso de abandono.

La alimentación.
 
Los huérfanos deben alimentarse por lo menos 4 veces al día, pero los recién nacidos muy pequeños o débiles podrían requerir alimentos cada 2 a 4 horas y los animalitos más grandes, cada 4 a 6 horas. Es importante mantener una rutina de alimentación estable y que los gatitos no pasen muchas horas sin comer. En condiciones normales, los cachorros y gatitos de 1 a 2 semanas de vida que reciben cuatro a cinco raciones diarias satisfacen más del 90% de sus necesidades. Los sustitutos de la leche de gata deben calentarse a 38ºC y suministrarse con lentitud, mediante biberones pequeños o especiales para animales huérfanos (los venden en las Veterinarias y tiendas de mascotas). Trate de darle tiempo a cada gatito para comer y no lo fuerce a tragar rápido. Al igual que con los bebés humanos, es conveniente acariciar su lomo suavemente para que expulsen el aire acumulado al comer. Los alimentos fríos, la administración rápida, o la sobrealimentación podrían causar regurgitación, aspiración, distensión y diarrea. Si aparece cualquier signo adverso: los gatitos no comen, tienen diarrea constante, vomitan o adelgazan a pesar del alimento, es necesario consultar con el Veterinario. Si se observa diarrea, hay que reducir el volumen de la ración o diluir el alimento con agua, luego se incrementará en forma gradual para cumplir con los requerimientos calóricos. No sobrealimente a los gatitos, podrían enfermarse. Durante las dos primeras semanas de vida, los cachorros o gatitos deben evaluarse a diario. Deben estar bien hidratados, dormir sin sobresaltos, y aumentar de peso en forma normal. Es importante registrar la vigilia (período en que están despiertos), la succión, el comportamiento general, la temperatura corporal, el peso y las deposiciones diariamente o más a menudo si se advierte debilidad o apatía o cualquier signo extraño y preocupante.


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