El placer de la compañía de una mascota,
formar parte de su proceso de crecimiento y aprendizaje, compartir emociones
con un ser vivo, jugar con él, acariciar su pelaje y ser recibido en casa con
alegría, son grandes ventajas para decidir adoptar sin contar con la
potenciación de las cualidades humanas. Por eso se afirma que tener una mascota
es una experiencia enriquecedora para el hombre.
Sin embargo, también exige que
reflexionemos sobre ello, porque implica grandes responsabilidades. Se trata de
darle la bienvenida a un nuevo integrante de la familia, un ser vivo que merece
respeto y calidad de vida por los que deciden acogerlo.