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viernes, 11 de octubre de 2013

Los Celos en los perros

Los CelosCuando hemos tomado la decisión de tener un perro en casa, una de las cosas que debemos tener en cuenta es que nuestro fiel compañero necesitará sentirse querido ya que es un animal social y cariñoso. Él expresará su estado de ánimo a través de sus acciones y conductas. Esta convivencia puede verse afectada debido a los celos que de algún modo modificarán su conducta y no para mejor.

Tenemos que enfocarlo desde el punto de vista más ecuánime, ya que nosotros tenemos la tendencia a ver a nuestras mascotas con sentimientos humanos, y, aunque son animales que sienten y padecen, no lo hacen de la misma manera que nosotros.

Para empezar un perro no tiene comportamientos éticos, no hace las cosas por el simple hecho de molestarnos y no siente celos de otros animales y personas como lo sentimos nosotros.

El perro ante la llegada de otro miembro más a la familia, un bebe, un gato u otro perro puede sentirse desplazado, relegado a posiciones inferiores dentro del grupo del que forma parte. Si queremos que esto no ocurra y que note lo menos posible la incorporación del nuevo miembro, deberemos dedicarle tiempo, o por lo menos el mismo que le dedicábamos antes.

Los especialistas recomiendan que, en el caso de la llegada de un bebé al hogar, debemos prestar más atención al perro cuando el niño está presente; con este sencillo gesto conseguiremos que el animal identifique la presencia del niño con algo positivo.

Si la presencia de otro animal cuando el perro está con nosotros, desvía la atención, se sentirá relegado, afectado y esto podría desencadenar en comportamiento no deseado.

Cada mascota tiene su peculiar forma de demostrar su disgusto y decepción por algo, pero normalmente observaremos en nuestro perro una actitud más agresiva, apática o depresiva, por lo que debemos apoyarlo al máximo para que supere este pequeño bache.

Los celos tienen que ver con la educación que nosotros le demos desde cachorro. Sabemos, que una buena educación desde temprana edad nos evitará muchos disgustos cuando en nuestro perro se manifieste este tipo de conducta, que puede convertirlo, en ocasiones, en un animal violento y provocador. Sin embargo, al instante, y sin previo aviso, volverá de nuevo a ser adorable en un corto periodo de tiempo.

Ante esto, ¿qué hacer?

Nunca debemos usar el castigo físico con ninguna mascota. No debemos perder la calma ni enfadarnos ya que lo único que conseguiremos sería empeorar la situación.

Debemos, como mencionamos antes, dedicarle tiempo, jugar con él, no se precisa mucho tiempo, pero es esencial no privarle de él.

Si socializamos bien al perro, cuando crezca, no será un egocéntrico y egoísta.

Educación y tiempo es un binomio que nos llevará indefectiblemente al éxito y que nuestro perro sea feliz y equilibrado a nuestro lado.
FUENTE: Monte Arias

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