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jueves, 14 de enero de 2016

¿Por qué los animales deben tener derechos?

Casi todos nosotros hemos crecido comiendo carne, vistiendo cuero y visitando circos o zoológicos. Muchos han comprado mascotas en  tiendas de animales, han tenido conejillos de indias y mantuvieron aves enjauladas. Vestimos lana o seda, comimos hamburguesas y fuimos de pesca. Nunca consideramos el impacto de estas acciones en los animales que estaban  involucrados. Por la razón que sea, ahora te preguntas: ¿Por qué los animales deben  tener derechos?



Lo vamos a explicar.

El principio básico de igualdad no requiere de un trato igual o idéntico,  solo requiere de una consideración  igual.  Ésta es una diferencia importante cuando se habla de los derechos de los animales. A menudo, la gente se pregunta si los animales deben tener derechos, y la respuesta es sencilla: ¡Sí!  Definitivamente  los animales merecen vivir su vida sin sufrimiento y sin explotación. Cuando se está decidiendo sobre los derechos de un ser  la pregunta no es: ¿pueden pensar?, tampoco es ¿pueden hablar?, sino  ¿pueden sufrir?. La capacidad que tiene un ser de sufrir, es la característica vital que le da el derecho a ser considerado con igualdad. 

 La capacidad universal de sufrimiento no es solo otra característica particular, como la capacidad del lenguaje o la de saber matemáticas avanzadas; todos los animales tienen la misma capacidad de sufrir tal como el ser humano la tiene. Ellos sienten dolor, placer, miedo, frustración y soledad. En cualquier momento que consideremos hacer algo que pudiera interferir con sus necesidades, estamos obligados a tomarlos en consideración.

Los partidarios de los derechos de los animales creemos que los animales tienen un valor inherente, completamente separado del beneficio que tienen para los humanos. Creemos que toda criatura que tenga el deseo de vivir, tiene el derecho de hacerlo sin dolor ni sufrimiento. Los derechos de los animales no son solo una filosofía,  es un movimiento social que desafía a la visión tradicional de la sociedad que considera  que todos los animales no humanos existen únicamente para el uso de las personas. 

Cuando se trata de dolor, amor, alegría, soledad y miedo, cada animal valora su vida y lucha por  ella.

Solo el prejuicio nos  lleva a negarles a otros  los derechos que esperamos nos sean reconocidos a nosotros mismos. Sea por cuestión de raza, género, orientación sexual o especie, el prejuicio es moralmente inaceptable. Si no comerías un perro, ¿por qué sí un cerdo? Perros y cerdos tienen la misma capacidad de sentir dolor, pero es el prejuicio basado en la especie el que nos permite pensar en un animal como compañía y en el otro como cena.

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